"No existe una escuela que enseñe a vivir", Charly García en Desarma y sangra
La patria es la infancia. La escuela es el segundo hogar. La señorita es muy linda y buena. Estudiá para que mañana seas presidente. Tenés que ser como Sarmiento que nunca faltó. Que rindas con suerte. Si no estudias vas a trabajar de “basurero”. No sé para que vas a la escuela si no te enseñan nada.
Las frases retumban en nuestra memoria de los discursos escolares hasta el infinito. Con el tiempo, el patio, la tiza y el pizarrón dejaron de ser la inocencia cotidiana para ser parte de un sistema más complejo. Aquel perfume a mandarinas de los recreos resultó ser parte de una construcción social, de una construcción simbólica. Esa escuela elemental era la educación y ahora educación se transforma en sinónimo de Currículum, Instituciones Educativas, Enseñanza Aprendizaje, Psicología, Sistema Educativo y otros saberes que corrobora que somos seres inacabados.
El Camino Pedagógico que transitamos es sinuoso, con señales en distinto sentido. ¿Cómo saber cuáles son las señales precisas?; ¿Todas las señales conducen al final del camino?; ¿El camino tiene fin?
¿Para qué educar? Lo primero que aparece como una marca indeleble es la frase de Simón Rodríguez “lo que no se hace sentir no se entiende y lo que no se entiende no interesa”. No más palabras. Ahí está la búsqueda.
Educar para la libertad, educar para comprender, educar para la alegría. Educar para la esperanza. ¿Cómo se hace?
La mediación pedagógica, eso es. ¿Prescriptiva, libertaria o mediadora? El umbral pedagógico es la respuesta. El que nos lleva al umbral de otros seres: compartir no invadir, las relaciones cercano-lejano. Comunicarnos con los demás y con nosotros mismos porque uno puede tener una relación lejana hasta consigo mismo. Personalización-despersonalización, hablamos de un relato y un narrador que se compromete con el otro y con el discurso.
Entonces siempre pensar en el destinatario. ¿Y cómo llegar a él? El juego pedagógico como en todas las etapas de la persona. Lo lúdico en el proceso enseñanza-aprendizaje. Partir siempre del otro, pocos conceptos con mayor profundización, construir el texto, son las premisas que rescatamos. Ese “partir desde el otro” lo aprendimos en la asignatura el Alumno del Tercer Ciclo EGB3 y Polimodal con la búsqueda de herramientas para interpretar al ser humano en su desarrollo corporal y psicológico, teniendo en cuenta los procesos mentales superiores y el crecimiento humano desde distintas teorías.
Términos como crisis, pubertad, inteligencia, riesgo, vulnerabilidad, factores protectores o adultez nos han servido para modificar nuestra lógica de interpretación en el aula. El alumno atraviesa por distintas funciones y estructuras cognitivas que el docente debe abordar para la formulación de contenidos y el desarrollo de competencias.
Existe una frase que dice algo así como que los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres. La niñez y adolescencia argentina está atravesada por instituciones, culturas, discursos, desarrollos tecnológicos y problemáticas sociales que hace más compleja la constitución de identidades. Las transformaciones en la relación adulto-adolescente (o niño) son profundas.
Primero supimos que la adolescencia fue una categoría que surgió la Revolución Industrial con la escuela fabril y su preparación laboral. Antes de ella, el mundo del trabajo no delimitaba las fronteras etarias. En este aprendizaje hacemos foco en las características y valores de la cultura posmoderna en la que navegan los jóvenes de hoy: individualismo, tolerancia, diversidad cultural, “tribus urbanas”, sin ídolos ni tabú, con una imagen gloriosa de sí mismo como decía el filósofo Gilles Lipovetsky.
Invadidos por un sistema
En Currículum, a pesar de no transcurrir los mejores días, abrimos nuestros sentidos para entender esa suerte de juego dialéctico entre currículo “oculto” y currículo prescripto. Los interese editoriales para influir en contenidos y distribución del material bibliográfico. Descubrir herramientas institucionales como el Proyecto Educativo Institucional (PEI) y, su supuesto núcleo, el Proyecto Curricular Institucional (P.C.I.) nos mostraron que son un punto de partida para que cada escuela elabore y construya su propuesta tanto en lo organizativo comunitario, lo pedagógico y el orden interno.
Ya falta poco. Sistema Educativo nos contó lo que fuimos, lo que somos ¿y lo que seremos? Las tensiones y luchas entre los diferentes grupos de poder por imponer su hegemonía en todos los órdenes institucionales. Las primeras experiencias coloniales, la puja entre conservadores y liberales, la consolidación del Estado-Nación y la educación como instrumento para homogeneizar identidades ante la ola migratoria. La Iglesia Católica y el peronismo, la educación privada durante el Desarrollismo y los aspectos generales de las leyes de educación.
Institución Educativa es un módulo que tiene como finalidad dejar interrogantes, generar curiosidad. Quien piensa encontrar certezas o verdades absolutas se sentirá defraudado. Detrás de las normas, detrás del establecimiento, detrás de los símbolos... detrás está la gente como dice Serrat. Y esa gente se encarga de resaltar la “novela” escolar con sus mitos y héroes, que son los creadores o los mártires de tan apasionada historia. Una “novela” llena de traiciones, rumores y enigmas pero que quede claro que aquel que no respeta o sabe leerla queda fuera de juego.
Esta materia nos estimula a poner la oreja en lo no dicho, en que hay atrás de lo aparente. En la institución todo tiene su significación (infraestructura, objetos, símbolos, discursos y personajes). Las condiciones a través del estilo permiten interpretar los resultados. Esta es mi tardía crónica. El profesorado ha sido útil para reflexionar sobre la actividad docente, desprenderme de la propia soberbia intelectual y de los vicios institucionales, reafirmar la responsabilidad y sensibilidad social. Saber que uno tiende un pequeño puente para la conformación de subjetividades. Agradezco a profesores y a estos nuevos compañeros que enaltecen la condición humana.
¿Quién se cree que es Gustavo Scarpetta?
Gustavo Scarpeta vió la luz el mismo año que Sargent Pepper, Mafalda y “Cien años de soledad”. Vivió siempre en Godoy Cruz, Mendoza, lo que no quiere decir nada.
Más reconocido en los bares que en los ámbitos académicos, sin embargo pudo terminar su licenciatura en Comunicación Social en la UNCuyo. En algunos pasillos, lo identifican como docente de Polimodal y adultos, periodista y comunicador institucional. Tareas que ha ejercido con insolvencia económica y profesional durante más de 15 años. En otros sitios, lo identifican con mayor facilidad: ¿de qué signo sos?
Escribe delirios humorísticos y compone música popular, en un teclado Casio 1985. Cantó en algunos grupos folclóricos y corales a fines de los ’80. Transita pero no pertenece a ninguna organización económica, religiosa, educativa, social o gubernamental. Ni el Opus Dei ni la Masonería se han fijado en él. Tampoco el club Platense de San José. Es libre como Nino Bravo. Su paso por los establecimientos escolares lo recuerdan como un muchacho apenas aplicado con gran ingenio para transgredir normas y divertir a las masas sometidas. Paradójicamente, la vida lo puso del otro lado del mostrador... Continuará
